Campos 50 - La Salle B 64.
Ya dicen por ahí que el mozo perezoso, por no dar un paso da ocho. Y no por decir algo, sino porque el partido de este viernes realmente fue cosa de mozos perezosos (también de ochos, explicación más abajo). La defensa no existió.
El partido empezó como aquellas excursiones que tras media hora de andar se pone a llover. Ni paraguas ni chubasqueros, a lo mucho un árbol. Nuestro equipo estuvo a la deriva en busca de un árbol y cuando lo encontró se dió cuenta que tampoco tapaba tanto y que algo habría que correr. Para aquel entonces ya estábamos algo mojados. Mejoría en los dos últimos cuartos.
Con todo, el partido se ganó y aunque el marcador no lo reflejé se sufrió mucho. Nos valió para algo así como sumar y seguir... Las anécdotas del partido a mi entender fueron dos, ambas protagonizadas por el colegiado del encuentro, el Sr Bonnin.
La primera de ellas consistió en mitad del partido pedir los papeles a nuestro jugador Herison Matos pues su DNI no tal sino una fotocopia. Y es que ya se sabe, está de moda pedir los papeles... Por suerte, y tras reconocer que conocía al jugador de haberle pitado otros partidos (luego era legal), se impuso el sentido común y el chico pudo seguir jugando (suerte para nuestro equipo).
La segunda consistió en una jugada en la que casualmente Marc Rupérez (dorsal 8) subía la pelota y tras dura presión no consiguió sobrepasar la línia divisoria de mitad de campo. El árbitro pitó por tanto sanción de 8 segundos, a lo que la mesa (no sé quién de los dos que había sentados, supongo que el anotador) anotó falta del 8. Vamos, un lío. A la siguiente jugada Marc comete falta y la mesa canta expulsión, consultamos estadística y vemos que sólo lleva 4. Intentamos notificar la anomalía a Bonnin que con un aire desariado acude a la banda y tras ligera reflexión (no sin antes retransmitirle lo que uno de la mesa le dice al oído al otro y que por suerte uno de nosotros oyó) corrige el entuerto.
Esto es todo amigos...