Sensación agridulce.
Dulce si comparamos con la primera vuelta, 17-61, ayer 27-38, un resultado que habla a las claras de la progresión de las chicas. Agria por lo cerca que estuvimos de dar la campanada en casa del cuarto clasificado, 23-21 en el minuto 30. Un primer cuarto sin tensión nos condeno a ir contra corriente, el sino de esta temporada. El equipo reaccionó, tuvimos tres ataques para ponernos por delante, minuto 26 pero no supimos. Lo cierto es que el Porreres fue mejor en el computo de los 40 minutos; su ataque nos superó completamente en los cuartos inicial y final, 26 de sus 38 puntos, y su defensa, nos llevó a jugar en continuos 5 x 5; cuando al equipo lo que le gusta es jugar corriendo. Y ahí, en el 5x5, responsabilidad absoluta de este entrenador, mis jugadoras todavía no se encuentran comodas.
Si bien el trabajo atrás fue bueno. En ataque fue un día extraño, cabría hablar de timidez, muy pocos tiros. Además, volvieron a la luz, vicios que pensaba ya erradicados; la escasa ayuda para la subida del balón; la falta de concentración en las jugadas ajenas y propias de banda y la falta de atención a los tiros libres, 5 de 15.
Mal día de Gabriela, Irene, Laura y Lucia, 8 puntos entre las cuatro, si bien supieron jugar para el equipo. Destacar el trabajo de Lluc, dobles figuras, y la labor en defensa y rebote de Maria.
Ayer, también quedo patente que cuando pintan bastos, como ocurre en todos los equipos, el grado de compromiso e intensidad es muy diferente; realidad que debería servir de autocrítica y motivación a alguna de las jugadoras.
Es todo. Nos vemos en Consell el próximos sabado. Espero que le dediquemos un buen partido a Lucia, la tercera lesionada de la temporada.