El partido del sábado ratifico que el cómo se llega a un resultado es más importante que el mismo.
En la ida, primera jornada, un duro aterrizaje, 14-40; el sábado, 56-30; por el camino, trabajo, trabajo.
Necesitábamos un partido así, anotando, jugando con alegría en ataque; la defensa era algo que ya teníamos, nos faltaba la guinda del pastel. Y eso que al principio pintaban bastos, en un primer cuarto muy nervioso, con 19 pérdidas que nos impedían jugar, manteniéndonos en el partido gracias al trabajo en defensa. Ahora, con lo mal que estábamos jugando, la diferencia era de tan sólo tres puntos. Una diferencia que para un equipo que lleva toda la temporada trabajando casi siempre con el marcador en contra, era corta si nos poníamos ya las pilas. Y así fue, durante los siguientes 30 minutos sólo hubo un equipo en la pista, con un tremendo parcial de 50-21, gracias al juego en equipo y a la generosidad de las jugadoras. Hubo momentos de lujo, gracias a la vieja receta de morder en defensa y correr en ataque.
El próximo sábado toca CB MOLINAR, uno de los cocos de la categoría, si jugamos así, podemos disputar todos los partidos. ¿Seremos capaces?
Lo mejor: la cara de las jugadoras, días así no tienen precio.