Reflexión inicial (dirigida a las jugadoras)
Como dijo aquel, los tiempos cambian.
El año pasado todo era mucho, mucho más fácil: Las jugadoras os conocíais, la canasta más bajita, - llegabais -, el campo más corto, el balón más pequeño y sólo había que correr ocho minutos, eso las que corrían. Todo eso es verdad, como también es verdad que hay otras "partes" del juego que no deberían haberse "olvidado"; la actitud, la responsabilidad individual y colectiva del ataque y la defensa, la importancia de los pequeños detalles, - cosillas como el valor de un buen pase, de la mecánica de tiro, el cierre y captura del rebote, el trabajo sin balón -, y, sobretodo, trabajar, trabajar en la misma dirección sin escaquearse en ninguna faceta del juego.
El partido
Mejoramos. Y el último cuarto nos da la medida de nuestras posibilidades, anotamos 15 de los 29 puntos, si bien encajamos 14. Defendimos a una, el juego fue más colectivo y, sobretodo, nos sacudimos el miedo en ataque.
En los tres primeros cuartos en demasiadas ocasiones jugamos con una mala combinación, cabeza caliente y piernas frías. Nos faltó inteligencia, paciencia y solidaridad en ambos lados de la pista, nos sobró ansiedad, y además nos olvidamos de las indicaciones y pautas de juego dadas por los entrenadores, así que jugamos por libre y contra el mundo. En los momentos de claridad, cuando el equipo era capaz de enfriar la cabeza, el juego ya era otro. Y ese es el camino.
Corto y cierro
Chicas este es un juego de equipo, de 12 jugadoras, 5 + 7, que precisa de todas las jugadoras atentas y centradas en todos los apartados del juego. Vamos mejorando, pero si seguimos jugando la cabeza caliente y las piernas frías pronto nos daremos de cabeza con el techo.
Así que os propongo aterrizar de una vez en la nueva categoría y jugar aplicando lo ya aprendido, aunque no sea mucho por culpa del entrenador, y jugar con otra cara y con otra actitud.