El sábado jugamos con el quinto en discordia, el CB ZONA 5 de MANACOR, un equipo de corta tradición que, exclusivamente femenino, está realizando una estupenda labor y con quienes me gusta jugar, hay buen rollo, son amigos de esto del baloncesto.
Vamos a por el partido. Anticipando que su propuesta fue mejor que la nuestra, volvimos a la actitud y juego del partido contra el Joventud Mariana, si bien, el mal balance defensivo de la primera parte, 38 puntos encajados, cediendo muchas canastas de las baratas, marcó el resultado externo.
En el primer cuarto, atacamos pegaditas, tiramos mal, 2 de 13, y defendimos peor, con demasiada prisa por recuperar el balón, olvidándonos de defender aro, pero no bajamos los brazos. En el segundo cuarto, comenzamos a avanzar, más acierto frente la canasta, 5 de 13, que siempre anima, si bien la defensa siguió por los mismos derroteros; total 14-38 al descanso, proyección 28-76.
Tras el descanso, otra cara, con momentos de muy buen juego, con disciplina y orden en ataque, 13 de 27; las chicas ganaron la segunda parte, 26-23, gracias a dos factores, la mejora en el indicador CIA y la relajación del equipo contrario.
Aunque el partido nos deja por enésima vez un sabor amargo por las lagunas de concentración, que suponen duros parciales en nuestra contra, las vibraciones son positivas, las chicas jugaron, no bajaron los brazos, - no confundir actitud e intensidad con acierto -, y sobretodo intentaron progresar individual y colectivamente.
El sábado nos visita el CB Esporles, club que también anda lamiéndose las heridas, con un único partido ganado, - curiosamente el jugado contra nosotras -, ya veremos como discurre el partido.
Muy importante:
Al mediodía, celebramos el amigo invisible, de 10 el ambiente en la comida, como personitas, no me puedo quejar. Y, también muy importante, nos vamos a Eivissa al Torneo David Booth.